¿QUÉ HAGO CON MIS EMOCIONES?

Muchas veces encerramos las emociones que no nos gusta sentir en lo más profundo de nuestro ser, las lanzamos en un calabozo en nuestra mente y le ponemos mil cerraduras. Pero no porque las encerremos significa que no están ahí, al contrario, se vuelven cada vez más fuertes y crecen e intentan salir acomodé lugar.

 

Lo ideal sería que pudiéramos identificar qué sentimos en cada una de las situaciones o eventos en nuestra vida. Pero no siempre es el caso. Aquí te quiero explicar qué pasa cuando no procesamos de forma adecuada las emociones y no les damos un sentido, es decir un ¿por qué?

1- SE VA AL CUERPO

Muchas enfermedades son causadas por emociones no procesadas.

Hay emociones que nuestra mente no puede tolerar y no sabe cómo afrontarlas, una de las vías de escape es nuestro cuerpo. Esto es de forma inconsciente. Nuestra mente no las aguanta ni las digiere y las dirige al cuerpo. Es decir lo somatiza.

Aquí te pongo una lista de estas enfermedades llamadas psicosomáticas

  • Úlceras
  • Colitis
  • Gastritis
  • Asma
  • Cáncer
  • Enfermedades autoinmunes                                                           
  • Migraña
  • Hipertensión
  • Problemas de la piel

Si tienes alguna de estas enfermedades puede que no estés procesando de forma adecuada una o varias emociones.

Recuerda: Primero siempre hay que acudir con un médico especialista y después complementarlo con una terapia.

 

2- LO ACTUAMOS

¿Haz escuchado la frase “Sin querer queriendo”? La tomamos como broma, pero “entre broma y broma la verdad se asoma”.

No siempre nos caen bien todos, hay veces que sentimos enojo hacia nuestra pareja, que quisiéramos gritarles a nuestros hijos, hay días en lo que nuestro amigo nos fastidia, nuestros padres nos enojan, que envidiamos a nuestros hermanos, etc. Lo malo no es sentir estas emociones, lo malo es no querer darnos cuenta que sentimos cosas no tan “bonitas” hacia nuestros seres queridos o cercanos.

¿Qué pasa si no aceptamos o identificamos que sentimos estas emociones? ¡Las actuamos! Esto es llamado “acting-out”.

¿Cómo? Por ejemplo:

  • Nuestra hermana nos presta su bufanda favorita y la perdemos.
  • Nuestro vecino se compró un coche nuevo y le pegamos saliendo del estacionamiento.
  • Le tiramos el café “sin querer” a nuestra pareja.
  • Se nos olvidó mandarle el lunch a nuestro hij@.

Así podría seguir con mil ejemplos y de seguro ahora estás pensando en alguno.

¡Nunca es “sin querer”! Si te pasa algo así y es seguido con una persona, ponte a pensar en qué emoción no estás queriendo sentir.

3- LO REPRIMIMOS

A veces si logramos identificar lo que sentimos y hacia quién, pero como pensamos que está mal sentirlo tratamos de contenerlo lo más que podemos pensando que ya no volverá a aparecer. ¡Si aparece!

¿Cómo?

  • Podemos experimentar crisis de angustia/ansiedad repentina
  • Podemos desarrollar fobias o miedo

 

 

4- LO TRANSFORMAMOS EN LO CONTRARIOCuando nace un hermanit@ aparentemente deberíamos de sentir puro amor, pero la realidad es que también sentimos celos, rivalidad o enojo. Como creemos no deberíamos de sentir eso, nuestra mente lo transforma en un amor intenso y excesivo.

Todo sentimiento que es demasiado intenso esconde un sentimiento contrario atrás.

Por ejemplo:

  • Personas súper amorosas pueden esconder sentimientos hostiles.
  • Personas súper agresivas esconden sentimientos amorosos, pero por miedo a sentirse vulnerables lo esconden

Estos son solo algunos de los ejemplos de lo que las emociones no procesadas, no identificadas, no significadas o reprimidas pueden causarte.

 

Recuerda: Estos procesos son inconscientes. Para poder reconocer estas emociones hay que “ejercitar” nuestra mente, hacerla más fuerte y eso solo se puede con terapia, donde un analista te ayude a identificar estas emociones.