DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME DE DOWN

El síndrome de Down o Trisomía 21 es una anomalía cromosómica: es la presencia de un cromosoma extra.  Esto causa incapacidad intelectual en diferentes grados, ciertas patologías y enfermedades.

Tanto la parte médica como científica ha tenido avances y se ha enfocado en la detección y tratamiento de esta anomalía. Pero también ha habido avances en la parte psicológica que me gustaría compartir.

La prevención en la salud mental es tan importante como en la salud física. Las personas con discapacidad intelectual son más vulnerables que el resto de la población y necesitan más apoyo para integrarse socialmente, para aceptarse a sí mismas, para tener una mayor confianza en sus propios logros y para conseguir una mayor seguridad.

A pesar de las dificultades de expresión, fallas en la capacidad simbólica y dificultad para construir pensamientos no es imposible que una persona con este síndrome acuda a terapia. Como todos, estas personas tienen la necesidad de ser escuchadas, entendidas y de expresar sus emociones, miedos, ideas, deseos, ilusiones, angustias y temores.

Es importante que el psicólogo que atienda a personas con síndrome de Down tenga conocimiento de ciertas enfermedades orgánicas que pueden llegar a padecer estas personas para no confundir una falla orgánica con un padecimiento psicológico. Por ejemplo, la diabetes puede producir cansancio y otros síntomas confundibles con la depresión. Por eso es importante que se aborde de forma interdisciplinaria (médico, psiquiatra y terapeuta) para garantizar un mejor diagnóstico y tratamiento.

Los familiares y personas cercanas a un niño con síndrome de Down también deberían de recibir cierto tipo de atención y apoyo psicológico para saber cómo manejar tanto sus propias emociones como ciertas etapas de la vida del niño. Aquí les pongo las etapas más importantes en donde se debería de acudir con un terapeuta:

Embarazo y nacimiento: Ayudar a los padres a procesar emociones que el nacimiento de un niño con esta anomalía podría llegar a provocar. Cómo lidiar con estas emociones y estar preparados cuando nazca el bebé ya que puede haber sentimientos de enojo, frustración que pueden causar depresión en la madre o familiares.

Inicio de la etapa escolar: Es un momento complicado tanto para el niño como para los padres ya que el niño irá notando cada vez más que es diferente a los demás y como padres hay que saber cómo manejar lo mejor posible este proceso de integración a la sociedad. Se le tiene que explicar su condición y ayudarlo a tener la mejor integración posible para que pueda alcanzar un desarrollo óptimo.

La adolescencia: Para todos, la adolescencia es la etapa más complicada, caótica y difícil de atravesar ya que se generan muchos cambios tanto físicos como psíquicos. El caso de un adolescente con síndrome de Down no es la excepción. Muchos padres se asustan porque no saben qué hacer ni cómo reaccionar a estos nuevos cambios. Una guía terapéutica ayuda a entender y calmar angustias tanto al adolescente como a los padres.

Por eso es muy importante no descuidar la salud mental y ayudarlos desde temprana edad para que se conozcan, se acepten, se descubran, se adapten, creen su propia identidad y crezcan de la mejor forma posible conociendo sus múltiples capacidades y habilidades.

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